Tendencias

¿Qué ocurre en Deutsche Bank?

El banco alemán planea realizar 18.000 despidos entre 2019 y 2022, un recorte de su plantilla del 20% a nivel mundial, comenzando este mismo mes de julio. El objetivo es reducir en gran medida los gastos de explotación, así como acometer una reestructuración del negocio que pueda permitir la supervivencia de la entidad y devolverle la rentabilidad en el largo plazo.

Deutsche Bank, cuarto banco europeo por volumen de activos y 15 del mundo (Banco Santander es el 16º), tiene casi un siglo y medio de historia desde su fundación por parte de siete banqueros germanos, un empresario textil y un político, con la intención de facilitar las transacciones internacionales de las empresas alemanas.

Pero esta entidad centenaria, que cotiza en Frankfurt y Nueva York, no parece haber levantado cabeza desde la crisis financiera en 2008. Bloomber destaca en una noticia reciente cómo la mayoría de las firmas financieras de Wall Street han vuelto a tamaños similares previos a la crisis, mientras en el Deutsche no han cesado los despidos.

¿A que se deben los despidos?

Tras tres años consecutivos de pérdidas, Deutsche Bank obtuvo en 2018 beneficios netos por valor de 267 millones de euros. Pero la entidad se encuentra altamente endeudada. En la actualidad está llevando a cabo un importante plan de reducción de costes cuyo objetivo ataca directamente a los costes de explotación, con la intención de reducirlos por debajo de los 22.000 millones de euros para 2022. Debido a dicha reestructuración, la empresa prevé unas perdidas de 2.800 millones de € en sus cuentas del segundo trimestre.

La empresa, que ha perdido la credibilidad entre sus inversores debido al desplome de la compañía en los mercados durante los últimos años, ya ha anunciado la salida de Garth Ritchie, jefe de inversión. A este le seguirán los 18.000 empleados que la empresa despedirá entre 2019 y 2022, despidiendo equipos enteros del área de inversión.

La drástica decisión se tomó tras varios intentos de fusión frustrados. A principios de este año Deutsche mantuvo serias conversaciones tanto con su rival Suizo UBS, como con el alemán Commerzbank. Ambos intentos de fusión fueron frustrados por los costes y riesgos que podrían conllevar para dichas entidades.